Alcázar: la devoción de una ciudad mariana

La noble ciudad de Baeza, volvió un año más a revivir unos intensos días de cultos y devoción hacía su Excelsa Patrona, la Virgen del Alcázar, quien un año más reunió a todos sus hijos bajo su manto soberano en la Parroquia de San Andrés, lugar donde recibe culto durante todo el año. Sus campanas, han repicado en sones de alegría durante los cultos, donde la beltrana llamo un año más al corazón de los baezanos para anunciar que había llegado la novena de la Virgen.
El real de San Andrés se engalano para honrar así a su vecina más ilustre, aquella, que guarda en su corazón las plegarias, oraciones y peticiones de los gavilanes de este nido real. El día 6 de Agosto comenzó la novena en honor a la Madre de los Baezanos, desarrollándose la misma hasta el día 14 de Agosto. Los días de la novena estuvieron dedicados respectivamente a los siguientes grupos e instituciones: familias y niños, agrupación   de   cofradías,   jóvenes   y   adolescentes,   renovación   carismática,   caritas interparroquial, catequistas, profesores y maestros, cuerpo de horquilleros, parroquias de la Yedra, Puente del Obispo y Las Escuelas y el día 14 que estuvo dedicado a los
baezanos ausentes. También, durante estos días de cultos, acompañaron con sus sones la celebración de la Santa Misa diferentes coros de la ciudad.
Han sido unos días de gracia, celebrando el Santo Sacrificio de la Misa y pronunciando la homilía durante estos días el Rvdo. Sr. D. Leocadio Viedma Morillo, hijo de Baeza, que actualmente desarrolla su ministerio como como vicario parroquial en la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán de Madrid. Durante estos días, el joven sacerdote predico con gran celo apostólico llegando al corazón de todos los presentes.
El Rvdo. Viedma Morillo, es el último discípulo del recordado y querido D. José Melgares Raya, por ello, a nadie le extrañó las grandes predicaciones que impartió durante los días de novena, apoyando sus palabras en las lecturas del días y en el santoral del mismo, siempre poniendo como modelo a María, en su advocación del Alcázar, a la cual le une una devoción especial arrancada desde sus predecesores y
arraigada en su vida de fe.
Comenzaron las vísperas de la Virgen con la ofrenda floral de la asociación del caballo, una cita ya consolidada en el calendario de cultos de la Real Archicofradía que cada año atrae a más fieles. Por tal motivo, Nuestra Señora del Alcázar se asomaba a la puerta de su casa en la mañana del 14 de Agosto para recibir a todos los jinetes y amigos de este mundo.
Comenzó el día 15 de Agosto a la media noche, donde las campanas de la Parroquia de San Andrés anunciaron a toda Baeza que un año más había llegado el día de la Virgen. En estos primeros de su día, los baezanos saludaron a su Patrona y diferentes coros, solistas y rondas de la comarca de Baeza cantaron a la Virgen, mostrándole así su cariño.
Ya a las 12 de la mañana tendría lugar Solemne Fiesta Mayor en honor a la Virgen del Alcázar, celebrando el Santo Sacrificio de la Misa Monseñor Fernando Chica Arellano, observador permanente de la Santa Sede en la FAO, FIDA y PMA y pronunciando homilía el Rvdo. Sr. D. Leocadio Viedma Morillo, predicador de esta novena, quien finalizó estos días de predicación con una petición: Baeza, no te olvides de Dios.
La Santa Misa fue concelebrada por el clero e hijos de la ciudad, estando presentes la autoridades   civiles,   militares   y   religiosas   de   la  ciudad   así   como  las   cofradías   y hermandades de la ciudad y las cofradías hermanas de Nuestra Señora del Alcázar de Toledo, Nuestra Señora de Guadalupe de Úbeda, Nuestra Señora de los Remedios de Ibros y Nuestra Señora del Carmen del Puente del Obispo.
Ya por la noche y tras la celebración de la Santa Misa de nuevo, la ciudad de Baeza se congregaba a las puertas de San Andrés, para pasear a su Reina entre aromas de gloria y perfumes de belleza. El olor a nardos e incienso inundó las calles de la ciudad, donde en sus casas engalanadas y plazas, los baezanos le daban gracias a la Virgen ante su paso por tantas gracias concedidas.
La noche del 15 de Agosto en Baeza es rencuentro, devoción, testimonio de generación en generación de devociones sencillas y auténticas, pero sobre todo, de amor a la más bella de la flor de estos campos.
Abría el cortejo la banda de cornetas y tambores “Dolores del Rosario” de la Cofradía de la Humildad, quien con gran éxito organizo la I jornadas de puertas abiertas en honor a la Virgen del Alcázar. Docenas de músicos llegados desde localidades tan lejanas como El Ferrol, se unieron para con sus sones honrar a la Madre de Dios y es que, el paso de la banda no dejo indiferente a nadie, tanto por la gran cantidad de
músicos como por la calidad de las interpretaciones. Tras la banda los niños de comunión, los fieles y devotos de la Virgen, las diferentes presidencias de las Cofradías y Hermandades, el cuerpo de acólitos, el paso de Nuestra Señora del Alcázar, las secciones de ANE, ANFE y Tarsicios, el clero de la ciudad, el cuerpo de caballeros horquilleros, las presidencias religiosas, militares y civiles y la banda de música de
Baeza.
Con motivo del IV centenario del voto inmaculista de la universidad de Baeza, la Virgen del Alcázar fue ataviada con su manto azul de azucenas, sumándose así a la celebración que esta este año viviendo la ciudad.
Cercana la media noche, la Virgen del Alcázar volvió a su casa de San Andrés, sintiéndose querida por sus devotos y recogiendo el amor y la devoción de esta tierra que un año más participo en todos los cultos y actos celebrados en su honor. / José García Checa. Fotografías: Javier Ruiz Olivera.
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