El proceso de restauración continúa utilizando la aplicación de papetas bajo las ventanas de la planta alta para reblandecer las carbonataciones de los vítores. Posteriormente, las restauradoras realizan una labor de cepillado con el objeto de descubrir los pigmentos ocultos. Además, ya se han realizado las primeras pruebas de pigmentación mediante dos procedimientos.
En las faltas se aplica la técnica del «rigattino» que consiste en el rayado del hueco. En los casos en los que la letra apenas se distingue, se procede a la aplicación de una aguada con los componentes de pigmentación y aglutinante que han sido obtenidos tras los análisis químicos de las pinturas.