Pocas pipas se comieron en la plaza de San Nicasio

La empresa Úbeda Toros preparó un ciclo de festejos para la feria de San Miguel plagado de alicientes para que todos los aficionados de Úbeda y alrededores acudieran al coso de San Nicasio. La apuesta fue clara: celebrar una de las denominadas corridas duras, con toros de Miura para Chacón, Pinar y Lamelas, y otra, de figuras más populares con Ponce, Padilla y Perera.
El 29 de septiembre arrancaba tal vez el plato fuerte de esta feria: seis ‘bichos’ de Miura para los diestros Octavio Chacón, que hacía su presentación ante el público de Úbeda, el albacentense Rubén Pinar y nuestro paisano, el giennense Alberto Lamelas.
Chacón pudo desquitarse del mal sabor que se llevó el pasado 8 de septiembre en la feria de Albacete con los de Zahariche. En el primero de su lote, el torero gaditano demostró que está siendo una de las revelaciones de esta temporada. Excelente comienzo con una tanda de verónicas que animó al público, que ocupó algo más de la mitad del aforo. Cuajó una muy trabajada faena con el capote que culminó con una gran estocada, aunque la tardanza en caer del animal enfrió al público a la hora de pedir una segunda oreja. En su según toro, llamado Lorito, Chacón demostró su cualidades con el capote y llevó a su astifino enemigo hasta los medios desde donde el bravo animal entró con alegría al tercio de varas. Con el capote, Chacón demostró su oficio, valor y técnica, ya que despachó al miura con una estocada hasta las cintas que le valió las dos orejas del mejor toro de la tarde.
El primero de Rubén Pinar, Agujetero, poco facilitó la lidia al albaceteño, si bien fue reconocido su esfuerzo con un apéndice del animal. Rondeño debía de ser el quinto toro de la tarde, pero tras ser picado fue devuelto a los corrales y sustituido por Cabezudo, sobrero de la ganadería de Herederos de Antonio Ordoñez. El cárdeno animal sorprendió al respetable y facilitó la faena de Pinar. Con derechazos y sucesivos pases de pecho el torero cuajó una gran faena que culminó con un pinchazo y posterior gran estocada que le valió su segunda oreja.
Tras el triunfo del año pasado, Lamelas volvía a Úbeda con muchas ganas. Lo demostró desde el principio al recibir a Tejón, tercero de la tarde, con una larga de rodillas, tras la cual poco a poco se lo llevó a los medios desde donde el animal entró a varas, dos veces, con determinación y alegría, mostrando un buen tercio de varas que fue reconocido con el aplauso del respetable al picador de la cuadrilla de Lamelas. La faena con la muleta animó al público de las gradas que se entregó al coletudo de Cortijos Nuevos que, por desgracia, falló con el acero y le privó del reconocimiento que mereció su faena. El sexto toro, Artillero, alto, zancudo, en el tipo de Miura, fue un ejemplo de la seriedad de los toros presentados en esta corrida. Lamelas, ya desde el capote, dejó su sello de inteligencia y firmeza en la lidia, nuevamente recibió de rodillas y poco a poco fue llevando al animal a lo largo de la faena. Lamelas se mostró entregado muleta en mano, realizó una labor muy trabajada con hambre y ganas. Concluyó con media estocada que fue suficiente para que se le concediera una oreja.
Resumiendo: como destacó un aficionado “Tarde de no comer pipas, aquí todo el mundo estuvo pendiente”, gran tarde de toros y toreros. Puerta grande para Chacón y Pinar.
A la segunda acudió un mayor número de aficionaos que disfrutaron de las faenas de Enrique Ponce, Juan José Padilla y Miguel Ángel Perera con toros de Fuente Ymbro. Rotundo triunfo de Perera que obtuvo dos orejas en su primero y las dos orejas y rabo en su segundo. Padilla, muy querido por el púbico de Úbeda obtuvo sólo dos orejas en su segundo y Ponce se tuvo que conformar con ovación en su primero y una oreja en su segundo. Puerta grande para Perera y Padilla /F.Aránega

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