El baezano Andrés Aldarias Martos es ordenado diácono

El pasado sábado, en el marco incomparable de la Catedral de Jaén, el Obispo de la Diócesis, D. Amadeo Rodríguez Magro, ordenó dos nuevos diáconos al servicio de la Iglesia: Andrés Aldarias Martos y Miguel Conejero Bachiller. Los jóvenes seminaristas, pertenecientes a las Parroquias de El Salvador de Baeza y San Miguel de Andújar respectivamente, dieron así el último paso antes de su ordenación sacerdotal.

La celebración eucarística, que revistió especial solemnidad por la belleza de los ritos propios de la ordenación, estuvo presidida por el Sr. Obispo, al que asistieron el Canciller Secretario, el Rector del Seminario, el Cabildo Catedral y gran parte del clero diocesano. Junto a los familiares y amigos de los nuevos diáconos, estuvieron presentes sus comunidades parroquiales de Baeza y Andújar y sus compañeros y profesores del Seminario.

La ceremonia estuvo acompañada musicalmente  por el grupo  “EscuchArte”, que interpretó cantos alusivos a la llamada, la vocación y la misión. En esta misma línea iban las lecturas proclamadas en la Liturgia de la Palabra.

Tras la lectura del Evangelio, el Canciller Secretario del Obispado, D. Antonio Javier Cañada, llamó a los candidatos al diaconado para ser presentados ante el Obispo por el Rector del Seminario, D. Juan Francisco Ortiz, quien solicitó su ordenación.

Tras aceptar el Obispo, pronunció la homilía, en la que explicó a los candidatos que el Evangelio debe ser para siempre su modelo a seguir; y que el significado último del diaconado no es otro que el servicio, acompañado de la entrega auténtica y personal.

También hizo referencia al origen del diaconado en las primeras comunidades cristianas, relacionándolo con la actitud que debe asumir hoy la Iglesia de Jaén para estar en permanente estado de misión. Terminó su alocución encomendando a los nuevos diáconos a la Virgen Cabeza, Patrona de la Diócesis.

A continuación el Obispo, según el rito de la celebración, interrogó a los ordenandos, que manifestaron ante el Pastor de la Diócesis y ante el pueblo fiel su voluntad de recibir el ministerio con humildad y amor, al servicio del orden sacerdotal y a favor de la Iglesia, prometiendo respeto y obediencia al Obispo.

Seguidamente los dos aspirantes se postraron ante el altar rostro en tierra, como signo de humildad y súplica, en el que constituye el rito más llamativo de esta celebración, mientras se pedía la intercesión de los Santos y Santas de Dios con el canto de las letanías. El Obispo, en el momento culminante de la ordenación, impuso las manos sobre los elegidos para el diaconado, pronunciando la Plegaria de Ordenación.

A continuación, los ya diáconos fueron revestidos con los ornamentos propios de su ministerio: la estola puesta al modo diaconal, es decir, cruzada sobre el cuerpo desde el hombro izquierdo y unida en el lado derecho a la altura de la cintura; y la dalmática, vestidura cerrada con amplias mangas, utilizada sobre todo en las grandes celebraciones y solemnidades. Estas prendas simbolizan la entrega del diácono en su servicio al altar y a la caridad. Lo hicieron ayudados por los actuales y anteriores Párrocos de sus respectivas comunidades de El Salvador de Baeza y San Miguel de Andújar, siendo un momento especialmente emocionante para los presentes.

Después, arrodillados, recibieron de manos del Obispo el Evangelio de Jesucristo, signo del ministerio que se les encomienda al servicio de la Iglesia como mensajeros vivos de la Palabra.

Durante la Liturgia Eucarística los nuevos diáconos ejercieron ya su nueva labor ministerial, presentando los dones y disponiéndolos sobre el altar, invitando a los fieles a intercambiar el gesto de la paz y repartiendo la Sagrada Comunión. Asimismo, al finalizar la Eucaristía, tras la bendición solemne impartida por el Obispo, despidieron a la asamblea pronunciando al unísono “podéis ir en paz”.

Los nuevos diáconos ayudarán al Obispo en el anuncio de la Palabra, en el servicio del altar y en el ministerio de la caridad. Por encargo del Obispo, exhortarán a los fieles, presidirán las oraciones, administrarán el Bautismo, asistirán y bendecirán el Matrimonio, llevarán el Viático a los moribundos y presidirán los ritos exequiales.

Una jornada feliz, por tanto, para los dos nuevos diáconos, Andrés y Miguel, sus familiares y amigos, sus comunidades parroquiales de Baeza y Andújar y para toda la Diócesis de Jaén.

Fernando Curiel Palomares. Fotografía: Diócesis de Jaén

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