El 20 de diciembre, con la gran tormenta que cayó sobre la provincia de Jaén, se desmoronó un muro de piedra en la calle Agua de la localidad de Begíjar. El asunto no tendría mayor importancia, puesto que no hubo daños personales, si no fuera porque a día de hoy, tres semanas después, las piedras siguen en la calzada ocupando más del 50 por ciento de esa vía de doble sentido para el tráfico rodado y sin acerado para los peatones, que además es una de las pocas calles que permiten la entrada y salida al centro tras la nueva señalización que se hizo en julio.
Desde aquí nos hacemos eco del mensaje recibido por parte de un vecino de esa localidad indignado porque si bien “la señalización es deficiente de día, de noche, al carecer de iluminación la escasa señalización, es una trampa mortal, generándose una grave situación de peligro para las personas que hagan uso de esta vía pública y para los bienes que atraviesen o se sitúen en la misma”.