Que la presencia de San Juan de la Cruz por las empedradas calles de Baeza es imborrable es un asunto que los baezanos tienen claro, que su espiritualidad aún se siente en las calles es algo que cualquier alma enamorada experimenta, que la familia del Carmelo es querida en la ciudad y su arraigo es recogido de generación en generación una evidencia clara y que la presencia de las reliquias de Santa Teresita del Niño Jesús durante unas horas el sábado 22 de Noviembre de 2003 bastó, para que esta alma grande se abriera un hueco en el corazón de los baezanos.
Aquella visita, tocó a los corazones de los baezanos y desde entonces, aquella santa desconocida para muchos, modelo de espiritualidad para otros, despertó el interés sobre su vida y poco a poco creció la devoción hacía ella en la ciudad. Aquella semilla que el Carmelo baezano sembró, hoy la encontramos en los corazones de muchos baezanos, incluso su imagen aparece en un relieve de alpaca del trono de Nuestra Señora del Carmen.
El día 1 de Octubre, la iglesia universal celebró su festividad y Baeza también lo hizo, celebrando en los días previos un triduo preparatorio en la Iglesia de la Inmaculada Concepción de los Padres Carmelitas que culminó con la fiesta en su honor el día de su onomástica y la bendición de rosas. /José García Checa. Imagen cedida